lunes, 28 de febrero de 2011

Orígenes de la pobreza en México.


ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
Antropología del Campesinado- Etnología 6º semestre

Orígenes de la pobreza en México.
Texto: A.Pined.

Índice.
  1. Introducción
  2. Concepto de pobreza
  3. Orígenes de la pobreza, una perspectiva político-económica.
  4. La pobreza, una subcultura
  5. La ciudad y los indigentes
  6. El campesino y la Industria Agraria
  7. La educación: factor de exclusión laboral y su relación con el ejercicio de la dominación.
  8. Familia como unidad económica, campo y ciudad.
  9. Reflexión


No hay nada más peligroso para un pueblo de América como el amor Desinteresado de Estados Unidos. Su protección es su collar de fuego”
Justo Sierra.

  1. Introducción
Según datos publicados por el INEGI (Instituto Nacional de Geografía y Estadística) entre los años 2006 y 2008, la pobreza alimentaria a nivel nacional aumentó de un 13.8% a 18.2% y la pobreza patrimonial aumentó de 42.6% a 47.4%. Datos que evidencian la situación económica nacional e internacional. ¿Podremos combatir este fenómeno? ¿Qué estrategia sería la adecuada para beneficiar a las familias en situación precaria? Este trabajo tiene como objetivo analizar la pobreza desde una perspectiva interdisciplinaria, ubicando éste fenómeno en la economía-política y la religión, así como su interrelación con la línea del parentesco.
A su vez, se busca reflexionar acerca de la ciudad y sus indigentes, contrastándola con el campesinado y la industria artesanal. Pero sobre todo, la intención primera de este trabajo es integrar un sistema de organización que beneficie dichos sectores.

  1. Concepto de Pobreza.
Hablar de pobreza involucra diversos factores, tales como un previo análisis de la situación socioeconómica y estilo de vida de los diferentes sectores sociales afectados. A pesar de que dicho concepto puede entintarse con diferentes perspectivas acorde a la cultura material y lugar donde se manifiesta, podría definir a la pobreza como la ausencia de los medios y/o recursos indispensables para satisfacer las necesidades básicas de un sector social específico. Una mala distribución del capital nacional e internacional genera diferentes estratos socioeconómicos.
A pesar de que en los países de primer mundo la pobreza sea no contar con recursos económicos que beneficien la comodidad de las familias, localizamos comunidades rurales donde su dialéctica de vida no incluye la comodidad (pobreza relativa), sino la subsistencia (pobreza extrema), ya que la alimentación se ha convertido en una ardua lucha social por obtener más y mejores ingresos para el sustento familiar.

  1. Orígenes de la pobreza, una perspectiva político-económica.
Existen diversos elementos que se concatenan en el vértice de la pobreza. El modelo económico que emplea un intercambio monetario dentro del ciclo económico entre la fuerza de trabajo, salarios y la sobreproducción que contiene un trasfondo lucrativo (Lewis, 1959), se descubre como la pieza principal en la máquina neoliberal, empleando la política y la religión como recursos de conquista. Tal y como se manejaba en las épocas de los reyes durante la caída del Imperio Romano; o bien, durante la colonización y evangelización de la Nueva España.
Marx escribía en su obra magna, que el capital es quien dirige el proceso social; David Ricardo apuntaba que “el principal problema de la economía es determinar las leyes que regulan la distribución” de las mercancías. Sabemos que en la lógica capitalista el concepto de plusvalía, determina las ganancias de los que ostentan el poder: los poseedores del dinero del Vaticano y del Banco Internacional. La clase media o media alta que busca sobresalir en ese rubro buscando posiciones convenientes dentro del grupo dominante; esta reflexión nos lleva a poner especial énfasis en la desigualdad entre las relaciones sociales y económicas contrastadas entre la cultura de la riqueza y la cultura de la pobreza. Ésta última se ha visto envuelta en debates que no conciben una definición objetiva, puesto que la diversidad de ideología y costumbres rebasan los límites de su estructura.

En la Cd. de México, mientras algunas familias se preocupan por la acumulación de capital, llámese ganancia o crematística(1); un porcentaje mayor al anterior, difícilmente puede solventar los gastos con un salario mínimo, que involucran alimentación –ya no digamos de calidad-, un inmueble, gas, electricidad, agua potable, educación a los hijos, servicios de salud, vestido, liquidación de créditos. El ahorro es también parte del esfuerzo de la mayoría de las familias mexicanas como fondo de retiro, y que finalmente considero una recompensa por años de labor trabajadora; a diferencia de la nobleza contemporánea que invierte su dinero posiblemente en automóviles de lujo, en la bolsa de valores o en polvo blanco manufacturado en Colombia, importado desde el país gobernado por Obama. Un hecho que involucra todo un proceso cuya raíz se siembra en la explotación del campo y las familias que lo habitan, no solamente en Latinoamérica; África sigue siendo el país más perjudicado de todos los tiempos, además de Tayikistán en Asia Central con 64% de su población en pobreza extrema, Surinam con 78% y Zambia con un 86% (datos obtenidos de la Agencia Central de Inteligencia).

  1. La ciudad y los indigentes
Dentro de la gran metrópoli que habitan más de 100mdp, las realidades se van compartiendo con quienes se convive cotidianamente y se construyen espacios sociales con un actividades especificas como grupos; “ciudades invisibles” que se convierten en protagonistas de labores e historias de vida ajenos al ritmo acelerado de la gran urbe.
La economía nacional se sostiene en la clase trabajadora que pasa a dejar a los hijos a la escuela y posteriormente se dirige a su trabajo; en el estudiante que antes o después de clases se desempeña en lugares que van desde el giro restaurantero hasta quienes trabajan para grandes organizaciones, instituciones o consorcios; trabajadores de hospitales, de transporte, de medios de difusión, museos, barrenderos, por voceadores y taqueros, por mencionar algunos ejemplos; sin embargo la economía política no beneficia a todos y se demuestra en un caminar diario entre calles que se vuelven el domicilio de cada vez más personas (sin exclusión de edades). Existen razones inimaginables que se transforman en testimonios de vida de quienes sortean la vida en el mundo de las calles.
Dentro del perímetro del centro de la ciudad de México, se han asentado un grupo considerables de individuos que le dan un toque peculiar a la visita turística, y que debido a ello la policía auxiliar, constantemente los desaloja o traslada, para que edificios privados como el Museo de Arte Popular en la calle de Independencia el Hotel de México, sigan conservando la imagen de bienestar social y los beneficios del proyecto de modernización del zócalo capitalino a cargo de Carlos Slim. ¿Qué puede hacer un trotacalles al ser amedrentado por ocho policías a punta de empujones? Lo más seguro es que también sean víctimas de extorción, racismo, maltrato físico. La mejor política gubernamental para acallar las voces proletarias: la implementación de una política de miedo y violencia en todo su esplendor.
La señora Elvira de más de 80 años de edad comenta que hace poco se unió a la población de las calles del centro debido a que su familia la echó a la calle para quedarse con la propiedad que es su propio patrimonio. Duerme en la Coordinación de la Delegación Cuauhtémoc no.6, ubicada en Revillajigedo no.16

  1. La pobreza: una subcultura del centro de la ciudad
La atmósfera que se respira en el zócalo de la capital, se contrasta entre comercio informal y expropiación de predios para darle paso al proyecto Alameda que día a día arrasa con sitios recreativos, casa habitación, comercios y gente que habita las calles del centro desde hace ya algunos ayeres.
Hoy por hoy, el gobierno del distrito federal implementa un proyecto en el que colabora el empresario Carlos Slim, para regalare a los visitantes de este histórico sitio, una nueva mirada de la ciudad de México.
Desde hace más de dos años, se iniciaron las obras para la repavimentación de las calles como Bolivar, 5 de Febrero, entre otras; así como el cierre de la calle Regina y próximamente Madero, uno de los principales accesos a la plancha central de esta ciudad. Todo ello genera tráfico vehicular, aglutinamiento de personas y conflictos vecinal es que se tornan invisibles para quienes no habitan en dicho lugar. Un ejemplo de ello es la calle de Aranda, donde el giro es prácticamente comercial; esta calle funge como sitio de deshago de la circulación vial. Los vecinos de dicha calle ya han hecho los trámites pertinentes para evitar esta modificación que golpearía directamente la economía de sus comercios.
La expropiación de inmuebles, así como de las calles –que debieran de ser públicas-, se han visto tocadas por la modernidad, construcción de nuevos condominios acorde a los bolsillos de la clase alta, así como de nuevos estacionamientos y bancas. Estas calles que comúnmente albergan a la clase trabajadora; jóvenes y adultos que ocupan las oficinas, oficiales de seguridad pública que más bien parecen una tropa de ocho individuos cuya única diferencia es que visten de azul y desalojan a quienes usualmente habitan las calles de la ciudad.
Precios que se elevan debido a esta bomba comercial sembrada en el corazón de una ciudad que palpita gracias a millones de manos que día a día invierten su energía en labores que les permita seguir sustentando a su familia.
Habrá que profundizar en otro ensayo, la problemática global del centro de nuestra capital, para llegar a unas reflexiones mucho más atinadas de este objeto de estudio.


  1. Familia como unidad económica, campo y ciudad.

La familia como sistema de parentesco, es la matriz de toda una dinámica política y sociocultural que puede ser patriarcal, matriarcal o bilateral y que además, se ve íntimamente involucrada en el ejercicio económico.
La economía familiar, en términos aristotélicos, se refiere a la correcta distribución de los recursos para satisfacer las necesidades del ser humano; los padres y madres de familia cuantifican los recursos adquiridos, para lograr una distribución equitativa entre las necesidades básicas y secundarias.
En la ciudad, puede percibirse hasta hace dos generaciones, el mismo patrón que las familias campesinas ocupan como motor de su economía. Mientras haya más miembros en la familia que puedan aportar su fuerza de trabajo al sistema hegemónico y traer más recursos al hogar, mayores serán las posibilidades de la obtención de ingresos para elevar el nivel de vida. Cabe aclarar que este, es solo una de tantas formas de conexión con la ciudad. El estudio de Chayánov acerca de la unidad económica campesina, plasma nítidamente su importancia dentro de la estructura económica capitalista. Sostiene que por más variados que sean los rasgos de la familia, su base sigue siendo un concepto puramente biológico de la pareja matrimonial que vive con descendientes y ancianos (Salles, 1989); la migración de grupos familiares e individuos implica contener las costumbres y hábitos acumulados en una ideología cultural.
Sin lugar a dudas, existen familias extensas en la metrópoli azteca, que ocupa una sola vivienda, a pesar de que eso implique un hacinamiento que finalmente intenta beneficiar a la familia con la repartición de los gastos, así como el cuidado de los abuelos. Al igual que las familias campesinas, este tipo de células emparentadas que pueblan la Ciudad de México funcionan como un grupo (3).
Otro tipo de migración se refiere a miembros de la familia que son enviados a la capital con intereses educativos o para trabajar de forma periódica. Mujeres y hombres que paulatinamente se ven influidos en la construcción ideológica y ocasiona una fragmentación familiar o fortalece el lazo del parentesco.
Familias homosexuales, familias no biológicas, familias sin hijos, entre otras variantes, una a una, se integran al modelo económico con dinámicas adaptadas a su estructura funcional.

  1. La educación: factor de exclusión laboral y su relación con el ejercicio de la dominación.

La educación en México, no garantiza un empleo; todo se reduce nuevamente a las posibilidades de clase. La ciudad ofrece escuelas públicas y privadas; unas subsidiadas por el estado; y las otras funcionan como un negocio que deja ganancias con un nivel educativo más alto. Aunque, a decir verdad, existen centros educativos como los CETIS que ofrecen una gama de carreras técnicas; escuelas secundarias públicas con tres horarios distintos y que además cuentan con talleres abiertos al público.
También es verdad que las reformas educativas en sus niveles primaria y secundaria, más que beneficiar el crecimiento intelectual de la población, merman la oportunidad e incluso el interés por profundizar en el estudio.
Hoy en día las escuelas de estudios superiores no se dan abasto para recibir a millones de aspirantes que desean prosperar en algún campo específico y colarse en el mercado laboral para obtener de vuelta la inversión hecha en sus estudios.
Para el caso de la Antropología, poder obtener un buen empleo dentro de dicha área es indispensable un estudio de posgrado, que muchas veces no es sencillo concretar. Aunque pudiera resultar motivacional, importante cantidad de la población se ve obligada a desertar de los estudios para integrarse a edades tempranas como una mercancía: la fuerza de trabajo. Entonces me pregunto ¿Dónde se hallan las facilidades para el estudio y el empleo simultáneos? ¿Cuántos proyectos de enseñanza rural han sido exitosos?
La mayoría de los trabajos manejan horarios que imposibilitan con el cumplimiento académico y que, de cierta forma van marcando el compás de una rutina laboral. En estos tiempos, nadie quiere cambiar de trabajo; lo mejor es conservar el que se tiene para “garantizar” una fuente de ingresos. Hecho que permite una especialización en ciertas áreas y opaca la curiosidad por aprender cosas nuevas y en otros campos.
La falta de interés en las nuevas generaciones, es otro factor que afecta de manera importante el desarrollo social.

  1. El campesino y la Industria Agraria.

Enfoquemos ahora este estudio al sector del campesinado, uno de los grupos que encarna la marginalidad y la pobreza extrema; una célula que muta de acuerdo a la situación que se le presente. Tal y como lo está haciendo en nuestros días el habitante de las ciudades y zonas conurbadas; un búsqueda de adaptación, de tal suerte que la humanidad se encuentra inserta en una dinámica de supervivencia del más apto o el más fuerte, recordando a Darwin.
Aleksandr Chayánov determina que la familia campesina es el corazón de la actividad económica, y que está determinada por el sexo y la edad que muestran su trascendencia en la producción (Salles,1989). Una vez que el insumo del campo no le genera una fuente de ingreso suficiente, el campesino se ve obligado a participar en la dinámica citadina, como mano de obra barata, donde la estrategia de la ideología capital es la acumulación de bienes, sin embargo, no incluye al campesino como acreedor de ganancia, por el contrario, el trabajador-jornalero desarrolla diversas actividades tales como la agrícola, comercial y artesanal que benefician en todos los sentidos la economía política del país y recibe una remuneración que indiscretamente devalúa el resultado de su mano de obra.
En términos de David Ricardo, la acumulación del capital es la fuente del desarrollo económico. Todo lo contrario a una economía donde los conceptos de ganancia o excedente de producción no existen, y la auto-explotación se ve reflejada en la relación patrón/cliente que plantea Larissa Lemnitz en “Redes de Intercambio de sistemas informales”, donde muestra una relación de subordinación entre la cultura campesina y el sistema capitalista; una relación de dominación, control y marginación; los terratenientes y capitalistas son autores intelectuales del despojo de la tierra de millones de familias campesinas.
El campesino desempeña su trabajo en diversas esferas que activan su economía. Cultiva y cosecha el campo –independientemente de que sea suya o no la tierra-, desempeña cualquier oficio sin discriminación y aceptando humildemente una bicoca como salario mínimo que no rebasa los cincuenta y dos pesos; se podría pensar que las estadísticas promedio de pérdidas económicas diarias en el país y la lógica economistas moderna, incluyen el salario que se le da al proletariado. La limosna de los preponderantes para una cultura en resistencia, la cultura campesina, la cultura proletaria, la clase trabajadora.
La dialéctica del campesino acerca del mundo es abismalmente diferente a la de un citadino; está en contacto directo con lo más valioso, tomando en cuenta el valor desde una lógica simbólica : la tierra.
El campesino comprende el valor como el trabajo invertido en su producción para el autoconsumo, el cual se ha visto gravemente afectado por las reformas y leyes dignas de una demagogia. Es inimaginable que un “micro empresario”, como el campesino, el pescador …pueda competir con la monstruosidad del mercantilismo. Los grandes empresarios excusan la inserción de la industria agraria para cambiar una forma de trabajo tradicional por el uso de tecnología en el uso cotidiano ¿Cómo podría un campesino cubrir los gastos de la maquinaria “necesaria”? Para la macroeconomía los valores y costumbres de la cultura campesina son conservadores y con nula disposición para participar de la economía nacional y mundial.
Esta problemática que lleva al menos 500 años de antigüedad, sigue siendo uno de los paradigmas actuales, sin poder acercarse a una posible solución. “El campesino constituye a la dimensión social donde se funden el pasado y la actualidad. La realidad campesina integra una riqueza de fenómenos e interrelaciones que nos muestran cómo la historia social contiene un movimiento permanente, un ritmo que alterna continuidad y discontinuidad aun en sus procesos más simples; como la propia naturaleza humana se finca en una tremenda diversidad” (Wolf, 1987).
Actualmente se han desarrollado programas rurales donde los trabajadores del campo de Veracruz, Tabasco, Oaxaca, Guerrero -entre otros estados-, emprenden prácticas de sanación de la tierra con abonos 100% naturales, almacenamiento de vegetales y frutos secos, elaboración de mermeladas, entre otros productos para el autoconsumo y venta de excedentes.
Lo cierto es que todo fenómeno y hecho social son un proceso en sí mismos. Posiblemente la consciencia mundial sea la única alternativa que se refleje en acciones individuales y éstas se transformen en colectividad y respeto. Sin embargo, existen tendencias encasilladas que buscan un absolutismo teórico que no conlleva precisamente un progreso.


  1. Reflexión

Mi parte subjetiva…

La humanidad aun no despierta del todo; la tolerancia, el amor a la Madre Tierra, las acciones propositivas, la armonía consigo mismos y el hallazgo del fin último de cada sujeto humano en esta matrix, son algunas de las claves que los más antiguos maestros y filósofos nos han dejado por tradición oral y/o por escrito. Las grandes civilizaciones en la Historia Universal han resultado en ruinas. Posiblemente el mismo destino sea quien defina dicho fenómeno, con la actualidad que hoy nos toca vivir.
Me considero una luchadora social, sin embargo, muchos de las preguntas y respuestas que me he formulado a partir de cada enseñanza, me conducen a construirme a partir de la relación yo/ el otro yo; a deambular entre mi percepción externa y mi constitución interna, concluyendo en muchas ocasiones, que la respuesta está en donde hay más luz.


NOTA: He adjuntado un video relacionado con el movimiento de los 400 pueblos; específicamente, con las comunidades de Veracruz, así como su relación en la dinámica social de la ciudad de México. Aún falta mucho por hacer…

FUENTES BIBLIOGRAFICAS

CONEVAL Y MITOFSKY:
Crematística:

Ensayos sobre la pobreza:

Otros países:


Organizaciones contra la pobreza:

Indigencia Urbana:

Otras fuentes:




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